En inglés, la palabra «mansplaining» es un neologismo compuesto por la palabra «man» («hombre») y «explaining» («explicar») y designa la actitud condescendiente (de un fuerte machismo interiorizado) con la que el hombre le explica algo a una mujer, presuponiendo que no lo sabe. Esta conducta considera a la destinataria de la explicación como alguien inferior. Hemos visto, incluso, intervenciones de hombres que explican a las mujeres sobre las formas correctas de amamantar (!).
La internet, desde sus inicios, supuso un medio donde los autistas encontraron una manera privilegiada de fluir y exponer sus voces. Antes de su llegada, en un mundo escribal, era prácticamente imposible que un autista encontrase la forma de publicar sus vivencias a través de un libro (prácticamente sólo existían los de Donna Williams y Temple Grandin) y, si era no hablante, la dificultad llevaba consigo la tragedia de que esa persona acaso no tuviese forma de comunicarse (el gran desarrollo de los sistemas de comunicación aumentativa alternativa vienen de la mano con el desarrollo tecnológico de nuevos dispositivos electrónicos y de la internet). En nuestro mundo electronal actual, las voces autistas se encuentran en redes y plataformas, en comunidades y colectivos o en solitario. El autismo en primera persona se ha vuelto una referencia fundamental frente al autismo de los «expertos».
Y es aquí donde aparece el «neurotypicalplaining» de «neurotypical» («neurotípico») y «explaining» («explicación»), es decir, la explicación condescendiente (y profundamente capacitista) que hace un neurotípico a un autista sobre cómo debe pensar y actuar, incluso sobre cómo debe nombrarse, qué colores elegir para sus luchas, etc. Proliferan «expertos» neurotípicos que entran a las páginas de autistas para «explicarles» cómo es ser autista (!).
Revisar el capacitismo interiorizado y los micro-capacitismos, es un trabajo diario. Denunciar las actitudes capacitistas también. Señalemos y condenemos el neurotypicalplaining en cada foro o situación donde ocurra. Cuando los autistas han decidido algo sobre ellos mismos, sobre su comunidad, el resto ha de guardar silencio y respeto.