Tal como señala Karen Armstrong, todas las religiones reconocen como prueba de espiritualidad verdadera un «Regla de Oro»: «trata a los demás como quisieras ser tratado». Este fundamento es, también el que fundamenta la ética y las diversas legislaciones y tratados de derechos (es el imperativo categórico de Kant: «obra como si quisieses que tu máxima fuese universal»). Este es el fundamento del cuidado del otro, de la compasión y del altruismo. Características esenciales para la construcción y supervivencia de las sociedades humanas.

La empatía, el poder sentir lo que el otro siente, no supone la acción como suele suponerse. Puedo imaginar lo que siente el otro y no necesariamente actuar, sin dejar de ser empático. Si veo a una anciana cruzando con dificultad la calle, puedo suponer su sentimiento de impotencia y condolerme de ello. Pero ayudarla a cruzar, es decir, el paso a la acción, dependerá de una serie de factores. Puede que esté muy apurado y elija no hacerlo. El altruismo es el paso a la acción. La conducta altruista busca el bien del otro, aun a costa del beneficio propio (en nuestro ejemplo, llego tarde a mis labores por ayudar a la anciana). El puente entre la empatía y el altruismo es la compasión.

Se cree erróneamente que «compasión» equivale a «pena» o «lástima». Esto es inexacto. El «pathein» griego, de donde proviene, y de donde provienen palabras «empatía» y «simpatía», está emparentada no sólo con el «sufrir» sino con la experimentación intensa y conjunta de «algo», de soportarlo juntos: «ponerse en el lugar del otro, sentir su dolor como si fuera propio, y adoptar generosamente su punto de vista», como señala Karen Armstrong… y, sobre todo, actuar buscando el bien que libere al otro de ese dolor. Altruistamente.

Uno de los mitos más deshumanizantes sobre el autismo es su supuesta «falta de empatía». Esto nace de una sesgada interpretación del concepto «teoría de la mente», es decir, la capacidad neurotípica de comprender intencionalmente la conducta de los demás. Las personas autistas tienen su propia «teoría de la mente» donde no se presupone la intención del otro en la conducta. Esto lleva no sólo a menos malentendidos (tan comunes en el mundo neurotípico) sino a formas de empatía no se queden en la suposición ni la fórmula social (el imposible «te acompaño en tu dolor» de los velorios). Los autistas buscan solucionar las dificultades del otro cuando se las hacemos saber. Su forma de empatía desencadena la búsqueda de solución al problema y muchos se desvelan al intentar hacerlo (por ello se habla, incluso, de una «hiperempatía» autista). Los autistas son más que empáticos respecto del sufrimiento del otro: tienden a ser compasivos. La compasión neurotípica puede confundirse con la lástima y la pena, finalmente está hecha más de fórmulas sociales que de acciones. La compasión autista busca la solución de la dificultad que niega el bienestar del otro. Estudiando el obrar de los autistas podemos reconocer las fuentes de la espiritualidad y la ética humanas, tan en desuso por la mayoría de seres típicos. El modo de obrar y conducirse de los autistas, son ejemplo y clave para rencontrarnos con nuestra humanidad.

Por Ernesto Reaño

Hola a todos y todas, soy psicólogo y lingüista. Estudié psicología clínica en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Hice mi máster en Ciencias del Lenguaje por la Sorbonne Nouvelle Paris – III (Francia). Realicé especializaciones doctorales en la Universidad Autónoma de Madrid y la Université de Limoges. Hice mi doctorado en Ciencias del Lenguaje por la Université Sorbonne Nouvelle Paris - III (Francia). Desde el 2008 en que regresé al Perú, me a la investigación, dignóstico e intervención en Condiciones del Espectro Autista En el 2009 fundé el Equipo de Investigación y Trabajo en Autismo (EITA). Doy conferencias, seminarios y talleres en el Perú y en el extranjero y soy profesor universitario desde el 2006. En el 2007 escribí el libro “El retorno a la aldea. Neurodiversidad, autismo y electronalidad.” Fui invitado a la ONU el 2 de abril de 2019 en el marco del día mundial de concientización del autismo “Tecnologías de asistencia, participación activa” como ponente en el panel “Comunicación: un derecho humano”.

Un comentario sobre «La compasión y ética autistas.»
  1. Gracias, Ernesto. No puedo saber como te sientes, pero haré todo a mi alcance para que estés lo mejor posible. Esa es la ética que proclamo.

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