(Aparecido por primera vez en spaciolibre.net, 2013).

En el mundo de los tratamientos para el Autismo reina, como dice Theo Peeters “el mercado de la desesperanza”: la de los padres que son embaucados y estafados una y otra vez por personas que prometen curaciones o progresos increíbles para el niño así diagnosticado. Y, claro, si se vende a los padres la idea de que es una “enfermedad” y que está en sus manos el remediar esa situación, ¿quién no lo haría?

Así cueste fortunas. Así se hipotequen casas o se pidan préstamos perpetuos.

No importa que se descubriera que Andrew Wakefield, quien propuso que el timerosal de las vacunas causaba Autismo, había cometido uno de los fraudes más grandes de la investigación en medicina al hacer esta asociación y no interesa que dicha persona no pueda ya ejercer la medicina en Reino Unido. Su idea beneficia a una serie de charlatanes que predican que el mercurio y plomo y otros “metales pesados” son los causantes del Autismo y que deben ser ser desintoxicados del cuerpo mediante quelaciones, sin interesar que muchos niños hayan muerto en estos procedimientos. Sin interesar que durante una década, durante los noventas, muchos más muriesen de, por ejemplo, sarampión, ante el terror de los padres de “inocularle” Autismo a sus hijos.

Tampoco interesa, claro está, que esté comprobado que el Autismo no se debe a ningún problema gastrointestinal. Si bien los estudios de la Universidad de Rochester son concluyentes en este aspecto, allí tienen a una serie de rufianes que prescriben dietas libres de gluten y caseína donde los padres deberán comprar alimentos sin estos componentes que, naturalmente, te venderá el mismo que dicta la dieta y, de paso, “receta” una sobredosis de vitaminas. El precio no es preocupante y tampoco interesa que dada esta práctica cientos de niños con Autismo hayan presentado osteoporosis infantil.

Y dentro del paquete donde vemos desfilar metales, proteínas, aparecerán también hongos que causan el Autismo, por lo cual el niño será sometido a grandes dosis de fungicidas, no importa si se produce una gastritis crónica. No interesa.

No interesa porque esto es un negocio, el de “los falsos profetas del autismo” como los llama en su demoledor libro el Dr. Paul Offit. Por ello, sin misterios, estas familias deben enviar las muestras solicitadas a un único laboratorio, en Estados Unidos, el Great Plains Laboratory, donde todos los niños siempre salen altos en metales tóxicos, hongos, y no pueden procesar ciertas proteínas… no importa que en otros laboratorios de cualquier parte del mundo los resultados hubiesen salido normales. Y no es raro tampoco que Wakefield se haya refugiado en Estados Unidos luego de ser anulada su licencia médica en Inglaterra.

En el Perú tenemos médicos que se dedican con total impunidad a estos mal llamados “tratamientos biomédicos”, tenemos dudosos terapeutas asociados al laboratorio mencionado que firman como médicos. Fraude diario y familias que ha derrochado lo que no tiene en manos de estos timadores.

Sepámoslo una y otra vez: el Autismo es un espectro de condiciones del neurodesarrollo que supone que el cerebro está más preparado para sistematizar información que para empatizar. Puede suponer una discapacidad cuando se trata de socializar pero encierra múltiples talentos cuando se debe organizar información de acuerdo con patrones y reglas. Siendo una condición no es una enfermedad, luego, no tiene cura. Nadie se cura de Autismo. La persona autista aprende mediante tratamientos psicoeducativos a adaptarse a nuestro entorno. Quien le diga lo contrario no sólo le miente: lo estafa.

Por Ernesto Reaño

Hola a todos y todas, soy psicólogo y lingüista. Estudié psicología clínica en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Hice mi máster en Ciencias del Lenguaje por la Sorbonne Nouvelle Paris – III (Francia). Realicé especializaciones doctorales en la Universidad Autónoma de Madrid y la Université de Limoges. Hice mi doctorado en Ciencias del Lenguaje por la Université Sorbonne Nouvelle Paris - III (Francia). Desde el 2008 en que regresé al Perú, me a la investigación, dignóstico e intervención en Condiciones del Espectro Autista En el 2009 fundé el Equipo de Investigación y Trabajo en Autismo (EITA). Doy conferencias, seminarios y talleres en el Perú y en el extranjero y soy profesor universitario desde el 2006. En el 2007 escribí el libro “El retorno a la aldea. Neurodiversidad, autismo y electronalidad.” Fui invitado a la ONU el 2 de abril de 2019 en el marco del día mundial de concientización del autismo “Tecnologías de asistencia, participación activa” como ponente en el panel “Comunicación: un derecho humano”.

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