Los avances en la investigación del carácter genético del autismo son fundamentales pues nos permiten:
1. Comprender que se nace siendo autista, el autismo es una condición de vida. No es una enfermedad que haya que curar; sin embargo, muchos autistas se encuentran en situación de discapacidad y requieren de cuidados y de apoyos adecuados.
2. El autismo no se adquiere por factores externos. Por ello, ni las vacunas ni intervenciones que busquen «eliminarlo» o «recuperar» a la persona de este tienen sentido. Muchas de estas propuestas son fraudes que apuestan a la desesperanza de muchos cuidadores.
Entonces, saber que el origen del autismo es genético contribuye a erradicar del imaginario social la noción que lo asocia a «enfermedad», facilitando la aceptación de los cuidadores que reciben un diagnóstico para sus hijos. Previene, también, del timo de teorías y de propuestas que mezclan conspiración con pseudociencia para vender supuestas «soluciones» para el autismo.
La estadística mundial sitúa al autismo en aproximadamente el 1% de la población. En ese porcentaje, ¿cómo se configuran las probabilidades entre padres e hijos de tener la misma condición de vida?
Es importante señalar que no necesariamente los padres de una persona autista lo serán, pero existen probabilidades de que compartan muchos rasgos sin llegar a presentar todas las características que completan un diagnóstico: esto se denomina «fenotipo autista ampliado». De por sí, un 5% de la población lo presenta, pero se manifiesta sobre todo en padres y madres de personas autistas, entre un 14% y 23%. Estas características se expresan en la personalidad en la comunicación, las formas de interacción social y la necesidad de patrones y rutinas. El fenotipo autista ampliado no es un diagnóstico.
Estudios actuales muestran, también, que cuando un padre/madre o hermano/a tiene un diagnóstico de autismo tienen 9 veces más probabilidades de tener un hijo autista y 4,1 veces más posibilidades de que al diagnóstico de autismo se añada el de discapacidad intelectual. Si el padre/madre o hermano/a tienen un diagnóstico de autismo y discapacidad intelectual, hay 14,2 más probabilidades de que el nuevo hijo presente ambas condiciones y 3,8 más probabilidades de que presente solamente autismo.
Tener un hijo autista no tiene que ver con ningún descuido de su parte, ni antes ni durante ni después del parto. El autismo de su hijo no ha sido causado por ningún agente externo. Ninguna circunstancia le ha robado a su hijo neurotípico. Su hijo autista está allí, esperando su aceptación, su amor que acaso deba purificarse primero en el duelo. Ha llegado, posiblemente, para revelarle alguna noticia sobre usted, para que reconozca formas en usted mismo -muchas o todas- que le permitan entenderse mejor, entenderlo más a él, construirse juntos, sabiendo que el fruto no ha caído lejos del árbol. Empezar una historia donde creyó que había terminado.