Muchas veces, los cuidadores se sienten perplejos ante algunas situaciones en las que la persona autista se desborda y no saben bien cómo reaccionar. ¿Sucede esto debido a que son autistas? ¿Es esto una forma de manipulación? ¿Forma parte de su frustración? Hoy quiero hablar específicamente sobre las diferencias entre las pataletas (rabietas) y los meltdowns autistas.

Usualmente, las pataletas o rabietas son vistas como formas de manipulación por parte del niño para conseguir algo. Sin embargo, en realidad, esto no es su intención. Son principalmente la expresión de una frustración que aún no pueden regular ni manejar completamente. Por ejemplo, cuando no obtienen lo que desean, cuando sienten que no les prestan atención o cuando deben esperar su turno. La pataleta es la exteriorización de un malestar que requiere el apoyo afectuoso del adulto para ser regulado.

Es importante destacar que brindar apoyo no implica ceder inmediatamente a sus deseos. En este caso, podría reforzarse este comportamiento para obtener lo que quieren en el futuro. El objetivo es ayudar al niño a recuperar la calma, a sentirse seguro y a aprender a tolerar y posponer la gratificación inmediata, mientras confía en el cuidado del adulto.

La palabra «meltdown» significa «estallido» y en el contexto del autismo, se refiere a comportamientos involuntarios donde la persona estalla debido a sobrecargas que no puede manejar. Estos estallidos pueden ser verbales (gritos, insultos), físicos (golpear, romper cosas, lanzar objetos) o una combinación de ambos. Es importante resaltar que esta furia aparentemente incontrolable no es voluntaria, supera la capacidad de control del individuo autista.

¿Qué causa estos meltdowns? Pueden ser causados por uno o varios eventos estresantes a nivel sensorial. Dado que muchos autistas son hipersensibles, una sobrecarga sensorial puede desencadenar un meltdown. Los cambios abruptos en su rutina o en las actividades que están realizando también pueden ser desencadenantes. Los autistas tienen un procesamiento monotrópico, lo que significa que se centran intensamente en sus intereses y abordar múltiples tareas puede generar ansiedad y sobrecarga, que a menudo se manifiestan como meltdowns.

En un destacado artículo, Maxfield Sparrow, activista y escritor autista, en su artículo «Los meltdowns como regalos protectores», señala la importancia de estos estallidos como una forma de defensa del cuerpo-mente autista. Si bien experimentar estos colapsos no es agradable ni deseable, representan una manera de advertir y protegerse de la amenaza de la sobrecarga y de lo que es insoportable en el entorno.

No se debe avergonzar a la persona autista por experimentar meltdowns; fue la mejor forma que encontró su sistema nervioso para lidiar con la situación. Los cuidadores y amigos tampoco deben penalizar estos momentos. Es crucial acompañarlo tratando de restablecer la calma y la sensación de seguridad. Puede ser útil llevarlos a un lugar tranquilo, cancelar las actividades cercanas y proporcionarles objetos y herramientas de regulación sensorial (audífonos con cancelación de ruido, tapones para los oídos, mantas, objetos de goma, etc.). Es importante preguntarles sobre sus necesidades, enfatizando que están allí para apoyarlos.

Los meltdowns no son exclusivos de la infancia autista; pueden ocurrir a lo largo de toda la vida. ¿Cuál es la diferencia entre ambos comportamientos? En esencia, las pataletas buscan una audiencia, se dirigen a otras personas, mientras que los meltdowns pueden ocurrir en ausencia de otras personas. Las pataletas se orientan hacia algo específico que se desea, mientras que los meltdowns no tienen un enfoque definido, son la expresión de una sobrecarga sensorial o cognitiva. Las pataletas tienden a surgir después de una negativa o cuando se establece un límite; los meltdowns ocurren después de un evento altamente estresante. Las pataletas se calman casi de inmediato cuando la persona obtiene lo que quería; los meltdowns requieren un período extendido, lejos de lo que lo causó, para volver al equilibrio.

En ambos casos, el entorno debe mostrar empatía y acompañamiento, especialmente en el caso de las pataletas. Debe brindarse herramientas para regular la situación, siendo agentes de corregulación quienes acompañan el evento. En el caso de los meltdowns, la lección fundamental es comprender la voluntad de vida del cuerpo y mente autista, que intentan defenderse en un contexto que perciben como amenazante.

Sin embargo, la prevención es esencial. Los autistas no pueden vivir constantemente en modo de defensa, ya que esto podría llevar al desarrollo de formas de trauma complejo. Es necesario adaptar las situaciones a sus necesidades sensoriales, proporcionar herramientas y tecnologías de asistencia para que puedan manejar momentos que escapan a su control, además de comprender y respetar su forma de procesar la información y el afecto.

Cuando no necesitamos defendernos, podemos abrazar, conectar, compartir y expresar afecto de diversas maneras y estilos.
La seguridad nos permite vivir intensamente; fuera de ella solamente sobrevivimos.

Por Ernesto Reaño

Hola a todos y todas, soy psicólogo y lingüista. Estudié psicología clínica en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Hice mi máster en Ciencias del Lenguaje por la Sorbonne Nouvelle Paris – III (Francia). Realicé especializaciones doctorales en la Universidad Autónoma de Madrid y la Université de Limoges. Hice mi doctorado en Ciencias del Lenguaje por la Université Sorbonne Nouvelle Paris - III (Francia). Desde el 2008 en que regresé al Perú, me a la investigación, dignóstico e intervención en Condiciones del Espectro Autista En el 2009 fundé el Equipo de Investigación y Trabajo en Autismo (EITA). Doy conferencias, seminarios y talleres en el Perú y en el extranjero y soy profesor universitario desde el 2006. En el 2007 escribí el libro “El retorno a la aldea. Neurodiversidad, autismo y electronalidad.” Fui invitado a la ONU el 2 de abril de 2019 en el marco del día mundial de concientización del autismo “Tecnologías de asistencia, participación activa” como ponente en el panel “Comunicación: un derecho humano”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

uno × cinco =