La semana pasada terminé de ver Love on the Spectrum, serie de 5 capítulos que nos muestra la búsqueda de pareja de varias personas autistas. Vale la pena verla para comprender esta dimensión de lo humano que, lamentablemente, es dejada de lado, muchas veces, en nuestra reflexiones sobre el autismo.
Más allá de hablar de los méritos de esta serie y de ciertos defectos (tratar de «enternecernos» por algunos personajes a través de ciertos ribetes de infantilización), lo positivo es poner nuevamente ante nosotros el tema de la elección de pareja en los autistas. El capacitismo (la discriminación o prejuicio social hacia las personas discapacitadas o consideradas como tales) da por descontado que las personas autistas son una suerte de niños eternos, de «ángeles azules», alejados de todo deseo y necesidad sexual. No es raro que entre los apoyos y ajustes que el mundo neurotípico decide otorgarles no se encuentre una reflexión sobre el tema y menos el facilitar encontrar pareja o servicios de asistencia sexual para quienes lo deseen.
Yendo más allá, el tema de la identidad de género y la orientación sexual son tabú. A pesar de que diversos estudios muestren que hay una mayor incidencia de identidades trans en el autismo y que el 69, 7 % declara no ser heterosexual.
Las mecánicas del amor, el deseo y el goce son diferentes en muchas poblaciones neurodivergentes. En el autismo, al percibir y significar el mundo de manera diferente, al conformarse su aparato sensorial de modo distinto, al estar menos constreñidos por los valores y motivaciones de la sociedad neurotípica, la expresión de la sexualidad y la identidad ha de diferir también. Enfrentarnos a estas interrogantes y escuchar el deseo de la propia población autista nos llevará a liberarnos de taras y prejuicios, garantizando una convivencia sana, libre y justa entre todas las poblaciones que conformamos la diversidad y sus deseos. La sexualidad y el amor no son monopolios neurotípicos.
Me parece muy adecuado tocar el tema de los servicios de asistencia sexual, creo que es un gran campo tanto laboral como de recuperación de energía y reorganización sensorial para un autista, siendo autista, adulta y empoderada de mi sexualidad, lo entiendo, necesitamos ser capacitados en ello… Muchos hemos pasado por situaciones terribles que nos bloquean desde esa parte…
Gracias por comentar.
Ni duda cabe… EL tema de la sexualidad y más que ese, el de la genialidad y las relaciones íntimas sexo-geniales sigue siendo un tabú en grandes grupos de población latinoamericana. Y por supuesto no se toca casi en cuanto a las personas con condiciones de discapacidad o neurodiversidad. Aunque sí hay voces y letras que ya hablan de ello abiertamente (grupos de madres/padres, organizaciones y algunos profesionales afines al tema), aun falta mucho por decir. Incluso la figura de la INTERDICCION aún está presente en muchas legislaciones de nuestros países….
De acuerdo.